jueves, septiembre 22, 2005

Nuestras Ideas

Publicado originalmente en sitio Regional Metropolitano

En Chile habemos cerca de tres millones y medio de jóvenes entre 15 y 29 años de edad, aproximadamente un 25% del total de sus habitantes. Sin embargo, si bien esto representa un enorme potencial de desarrollo para el país, por cuanto la juventud es una etapa llena de energías y capacidades, esta cifra no da cuenta de la discriminación, como tampoco de las enormes diferencias de oportunidades y de desarrollo que existen entre los jóvenes chilenos.

A modo de ejemplo, la pobreza sigue siendo el principal problema que enfrentamos en nuestra sociedad; si bien esta ha disminuido a la mitad (20%) desde 1990, según el CENSO 2002, al menos 100 000 niños son pobres o indigentes sólo en la Región Metropolitana
La falta de empleo y el deterioro del trabajo es otro de los principales problemas que en la actualidad afecta a la juventud chilena. Mientras el promedio de desocupación para el conjunto de la fuerza laboral se ha situado en torno al 10%, los jóvenes, que han debido asumir los mayores costos, muestran niveles de cesantía que en algunas regiones sobrepasa el 20%, muchos de los cuales cuentan incluso con estudios superiores.

En Educación, debe reconocerse que a pesar de los esfuerzos de los gobiernos de la Concertación, la diferencia entre la cobertura educacional, pero principalmente en la calidad de la educación de los niños y jóvenes de las comunas de mayores ingresos respecto de las más pobres continúa siendo abismal.

En el Sistema Superior, no hemos podido romper con la elitización del ingreso y permanencia de los jóvenes a las universidades, sean estas privadas o públicas. Debemos apoyar con fuerza toda idea que permita ampliar las Ayudas Estudiantiles a los alumnos del Sistema de Educación Privado (Centros de Formación Técnica, Institutos Profesionales y Universidades), al tiempo que exigir el compromiso del Gobierno en orden a que ningún estudiante deje de serlo por problemas económicos. Paralelamente, nos enfrentamos a una severa crisis financiera de las universidades públicas, como resultado de la falta de compromiso del Estado respecto del rol de dichas instituciones en la sociedad, y a la deficitaria gestión de recursos que algunas de estas han desarrollado.

El déficit en el acceso a manifestaciones y bienes culturales es otra situación que afecta el desarrollo de los jóvenes. Hay comunas populares de la Región metropolitana en donde no hay salas de cine, teatro o de conciertos, a los que pueda acceder periódicamente la juventud.
Lo mismo ocurre en el acceso a las nuevas tecnologías. A modo de ejemplo, mientras en comunas como Las Condes más del 60% de los mayores de 6 años tiene acceso a Internet, en comunas como Lo Prado, San Bernardo y La Pintana, entre otras, dicho porcentaje no alcanza al 15 %.

Algunas propuestas de juventud

De allí que como jóvenes socialistas tengamos el deber de transmitir a la juventud chilena un espíritu transformador y una identidad que se traduzca en una fuerza política creciente y capaz de apostar a la generación de cambios significativos en nuestra sociedad. En ese sentido algunas de nuestras propuestas buscan profundizar la Democracia y generar una mayor Igualdad real en las oportunidades de desarrollo de los jóvenes.

Trabajo

Creemos que el Estado debe promover iniciativas de emprendimiento empresarial de los jóvenes. Aportándoles en capacitación, financiamiento, y entregándoles asesoría en la ejecución de nuevos proyectos empresariales.

Proponemos también el aumento del Programa Servicio País, como una forma de por un lado contratar a jóvenes profesionales que no cuentan con mayor experiencia y darles la oportunidad de una partida en su desarrollo profesional; y por otro, orientar recursos humanos desde el Estado hacia zonas deprimidas económica y socialmente, donde los jóvenes profesionales podrían realizar un aporte significativo.

Al mismo tiempo, debemos exigir que se cumplan las leyes laborales que protegen los derechos de los trabajadores jóvenes en cuanto a tener una remuneración justa, a que les sean pagadas sus imposiciones, y se respeten sus derechos a sindicalizarse.

Educación

Postulamos desde hace varios años por la creación de una Superintendencia de Educación que regule el funcionamiento del sistema de Educación Superior, y que supervise y evite las reiteradas injusticias a las que se ven sometidos los estudiantes por parte de numerosas instituciones de dicho sistema.

Estamos promoviendo establecer como norma la exigencia de que aquellas Instituciones de Educación que accedan a recursos públicos deben permitir la conformación de organizaciones gremiales estudiantiles como Centros de Alumnos y Federaciones, instancia que hoy día no se permite en diversas instituciones privadas.

Pensamos que el talento en Chile se pierde por la fuerte discriminación social en la Educación. Junto con los proyectos de ley mediante los cuales la Concertación plantea la integración social de los liceos para el mejoramiento de la calidad, proponemos la creación de Becas académicas con criterio de distribución territorial (comuna, región) que premien el esfuerzo realizado por los mejores alumnos durante la Educación Media de los Liceos Municipalizados, mediante el ingreso gratuito a las Universidades Públicas Chilenas.

Finalmente pensamos que es necesario fortalecer los Programas de Capacitación y Nivelación para jóvenes en riesgo social y con estudios incompletos, en especial en aquellas comunas en que existen altos índices de desempleo y abandono escolar.

Salud

Es necesario y prioritario que en Chile tendamos a una salud cada vez más igualitaria. Es inconcebible la coexistencia de dos sistemas de salud tan distantes en recursos y calidad, cuando se trata de un derecho esencial del ser humano. El ideal debiese ser la existencia de un Sistema Público, fuerte y solidario, que sea capaz de cubrir las exigencias sanitarias de todos los chilenos sin distinción social alguna.

Apoyamos las iniciativas legales que buscan aumentar la donación de órganos de las personas una vez fallecidas, creemos que son estas últimas y no sus familias las que deben decidir si se transforman finalmente en donantes o no.

Pensamos que debe estimularse la implementación de programas de atención especializada en áreas de relevancia para los jóvenes como (dermatología, ginecología, psicología, odontología y traumatología). Asimismo, los liceos deben incorporar programas de información y consejería tendiente al autocuidado preventivo en los temas de VIH-SIDA, Enfermedades de Transmisión Sexual, tabaquismo, sexualidad y afectividad, práctica física contra la obesidad, consumo de drogas y alcohol, entre otras.

Institucionalidad Juvenil

Abogamos por la elaboración e implementación de una Nueva Política Nacional de Juventud, que rediseñe los distintos Planes y Programas orientados a la juventud chilena desde las distintas entidades públicas, la que en su diseño debe incorporar la visión de las distintas organizaciones sociales y de los actores juveniles de nuestra sociedad.

Participación Política y Derechos Humanos

Desde hace años venimos promoviendo una mayor libertad de decisión en la participación política de los ciudadanos, para lo cual hemos propuesto y defendido la “inscripción automática y el voto voluntario” en la elección de nuestras autoridades políticas.

Paralelamente, tenemos la firme convicción de que la sociedad chilena gana si se fortalece la cultura cívica de sus ciudadanos. Por ello, proponemos incorporar a los programas de educación en la Enseñanza Media la asignatura, “Educación para la Democracia”, que tenga como objetivo entregar las competencias para la Participación Ciudadana y la enseñanza de los Derechos Humanos, además de otorgar el conocimiento acerca del funcionamiento del sistema político y sus instituciones.

Servicio Militar

Como socialistas, valoramos la disposición expresada por el Ministerio de Defensa, desde el año 2000 a la fecha, en orden a generar un gran debate nacional en torno del Servicio Militar Obligatorio, incorporando a diversos actores del mundo político juvenil y de la sociedad civil.
Dados los profundos cambios que se han verificado en el escenario internacional (procesos permanentes de integración económica a nivel regional, como también de cooperación para la seguridad y el desarrollo entre países vecinos, en el marco del fenómeno de la globalización) y de la necesidad imperiosa que supone la modernización del Estado y de nuestras Fuerzas Armadas, creemos pertinente introducir modificaciones al Servicio Militar Obligatorio en nuestro país.

Nuestro modelo de conscripción obligatoria se ha constituido sobre criterios discriminatorios, lo que en la práctica permite que el Servicio Militar sea una especie de impuesto regresivo sobre el 20% de los jóvenes de los sectores más desprotegidos y pobres de nuestro país, que no tienen mayores expectativas de continuar estudios superiores y que mantienen escasas posibilidades de inserción laboral.

Es por ello que no dejaremos de insistir en la conveniencia de instaurar un Servicio Joven al País, que recupere los mejores valores de nuestra tradición republicana y que canalice la cada vez más evidente vocación solidaria de los jóvenes chilenos, inscrito en un gran proceso de construcción nacional, haciendo efectivo el principio de igualdad que consagra nuestra Constitución.

En nuestra opinión, el Servicio Joven al País debiera establecerse sobre los principios de justicia, igualdad, no-discriminación y respeto a los derechos extensibles a todos los ciudadanos, hombres o mujeres entre los 18 y los 29 años de edad. Este Servicio Joven al País debiera tener dos componentes: Un Servicio Militar y un Servicio Civil, pudiendo cada ciudadano/a optar voluntariamente en cuál de ellos desea cumplir con su compromiso y deber para con el país.

En concreto, el Servicio Militar Voluntario deberá caracterizarse por su carácter voluntario, por la reducción del numero de conscriptos (atendiendo a los niveles de voluntariedad que exhibe actualmente el SMO), por el aumento del nivel formativo de los reclutas (a través de una política de capacitación e instrucción de carácter moderno, que entregue herramientas laborales a los reclutas) y por la creación de mecanismos que velen por el respeto a los derechos de los conscripto/as. En esta importante materia proponemos la creación de una Oficina de Defensa del Recluta, que permita un control eficaz a las irregularidades y frecuentes excesos que se cometen contra los reclutas durante su permanencia en el Servicio Militar.

El Servicio Civil Voluntario, en tanto, pretende establecerse como un sistema alternativo y complementario al Servicio Militar, y a él podrán optar los jóvenes restantes, por un tiempo equivalente al Servicio Militar. Como una manera de facilitar la implementación de este servicio alternativo a la patria, proponemos que se incorporen en él todas aquellas actividades que los reclutas civiles realicen en instituciones cuyo trabajo sea certificado por el Estado a través del Instituto Nacional de la Juventud, INJUV.

Mujeres

Las jóvenes de la presente década son herederas de una historia de subordinación, de desigualdad y de discriminación, y de lucha de las mujeres por el derecho a la igualdad de oportunidades. Las jóvenes socialistas hemos formado parte de esa lucha desde el momento mismo en que se funda nuestra Juventud, integrando diversas organizaciones femeninas, denunciando la discriminación y trabajando por el reconocimiento de los derechos de las mujeres chilenas

Desde hace más de dos siglos que las mujeres vienen luchando por ser ciudadanas al mismo nivel que los hombres, y a esa lucha que ha posibilitado una gran cantidad de transformaciones en la cultura y en la sociedad se le ha llamado movimiento feminista.

De éste movimiento las jóvenes socialistas nos sentimos parte y herederas. Hoy por hoy, hombres y mujeres debemos hacer propuestas e implementar iniciativas que nos sigan permitiendo avanzar hacia la plena igualdad de derechos y oportunidades para todas y para todos.

En esa perspectiva, creemos que el derecho a la salud –que implica gozar de un óptimo estado de bienestar y no sólo la ausencia de enfermedad- constituye una importante aspiración de las mujeres jóvenes chilenas. En las últimas décadas del Siglo XX se ha consolidado un nuevo paradigma –el de la salud y los derechos sexuales y reproductivos- estableciéndose que son fundamentales para los derechos humanos y para el desarrollo.

De allí que en el contexto actual, aspiremos a que se respete:

• El acceso universal, en distintas etapas de la vida, a información y servicios de atención de salud gratuitos o de bajo costo y de buena calidad
• El derecho a ejercer una salud sexual y reproductiva sana• El derecho a conocer nuestro cuerpo y a saber cómo funciona
• El derecho a ejercer una sexualidad sin riesgos ni consecuencias indeseables
• El derecho a decidir el número de hijos e hijas que queremos tener, cuando tenerlos, o a no tenerlos
• El derecho a estar bien informadas para regular nuestra fecundidad con métodos eficaces, seguros y asequibles
• El derecho a recibir a una atención de salud de la más alta calidad en el embarazo, parto y en todos los otros momentos de nuestra vida sexual y reproductiva
• El derecho a compartir las responsabilidades de la sexualidad y la reproducción con la pareja• El derecho a protegernos de infecciones de transmisión sexual, en especial cuando se trata de mujeres jóvenes y adolescentes
• Una participación igualitaria de las mujeres en aquellas áreas vinculadas a la salud

Sin embargo, junto al derecho a la salud integral, incluida la salud sexual y reproductiva, las mujeres estamos exigiendo que el derecho a la salud sea asumido y respetado como un Derecho de Ciudadanía.

La ciudadanía, tal como se entiende hoy, es la titularidad y ejercicio efectivo de los derechos ciudadanos, es decir, derechos civiles, políticos, económicos, sociales, y todos aquellos que han ido instalándose en las sociedades modernas a medida que estas evolucionan, como es el caso de los derechos sexuales y reproductivos.

Esto implica, en teoría, que tanto hombres como mujeres debemos ser capaces de ejercer, en igualdad de condiciones, una serie de derechos relacionados con el funcionamiento de la vida en sociedad. Por lo tanto, y tal como se reconoce en la actualidad, la ciudadanía es el derecho a tener derechos.

Minorías Sexuales & No Discriminación

Los jóvenes socialistas estamos convencidos de que el Estado debe resguardar el bien común, reconociendo y valorando la diversidad social de los diversos grupos que hoy por hoy componen nuestra nación, promoviendo, además, la igualdad de derechos para las mayorías como también para aquellos sectores minoritarios en razón del sexo, idioma, religión, etnia, edad, género, origen socioeconómico y orientación sexual.

Al igual que otros grupos sociales tradicionalmente discriminados, las minorías sexuales viven diversas formas de segregación y de exclusión, es por ello que como jóvenes y socialistas asumimos como nuestra la exigencia ética, moral y política del mundo homosexual, en orden a promover la diversidad social y cultural existente en el país, generando redes de cooperación con otras minorías, avanzando en la consecución de nuevos y mejores derechos para todos los chilenos, en el marco del Estado de derecho y de la profundización de nuestra democracia.

La calidad de vida de la población que compone las minorías sexuales en nuestro país se encuentra estrechamente vinculada al respeto y disfrute de todos aquellos derechos sociales, culturales, políticos y económicos que una sociedad genuinamente democrática debe garantizar para todos y cada uno de sus ciudadanos.

Como jóvenes socialistas de la Región Metropolitana, adherimos a todos aquellos proyectos e iniciativas que tiendan a promover derechos para la comunidad homosexual (entre ellos, el proyecto de Unión Civil orientado a resguardar el patrimonio de la pareja homosexual), como también exigimos el cese de las actitudes represivas que tienden a exhibir funcionarios de ambas policías al momento de fiscalizar centros de reunión y de esparcimiento frecuentados por minorías sexuales en nuestra capital.


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